
Sobre los primeros pobladores que tenemos referencia podemos citar a los Celtas, habiéndose encontrado, ollas funerarias que indican a la incineración de sus muertos y que pudieran pertenecer a una pequeña necrópolis que se ubicaba muy próxima a la actual población. En tiempos Romanos, la zona se incluyó dentro de la provincia romana de la Lusitania con capitalidad en Emerita Augusta.
El nombre de Riolobos podría derivarse del árabe Guadalupe, Guada = río y Lupe = Lobo. También hay otra versión por la que se piensa que viene, de dado por su río, en la actualidad arroyo, en el cual se podía encontrar oro, aunque en pocas cantidades. De ahí ’Río de Oro’, que con el tiempo se transformaría en Riolobos.
Podría hablarse de asentamientos humanos en el término de Torrejoncillo ya desde el siglo III a.d.C. gracias al descubrimiento en 1933, en la finca del Encinejo, de siete pequeñas figuras de bronce (cinco cabritillas, una cabeza de ese mismo animal y un jinete), exvotos vetones posiblemente dedicados a Ataecina, diosa de la noche cuyo culto, según parece, estaba muy extendido por esta zona.
Podemos situar el origen de la localidad entre los siglos XI y XIII, en plena Reconquista. En 1180 es reconquistada Plasencia por Alfonso IX de Castilla, ciudad cercana. Galisteo, a pocos kilómetros de Valdeobispo, sería un asentamiento musulmán en este momento, como demuestran sus imponentes murallas almohades. Las tierras a las que pertenece Valdeobispo parecen ser zona fronteriza entre cristianos y musulmanes durante un tiempo, hasta que definitivamente Galisteo es reconquistada por el Reino de León.
En el archivo municipal de Villa del Campo hay pocos datos históricos de su pasado, ya que la mayoría de ellos desaparecieron durante la Guerra de la Independencia Española. Se ignora el origen del pueblo aunque, según tradición popular, surgió a partir de la agregación de casas. En 1212, Alfonso VIII de Castilla donó varios puentes de maestre de la Orden de Alcántara, siendo perteneciente este municipio a Santibáñez el Alto.
Zarza la Mayor conjuga antigüedad y modernidad, pasado y presente. Sus amplias y largas calles quedan ornamentadas por fachadas, portadas y blasones que evocan ese pasado histórico-artístico que sirve de título a cualquier zarceño que se precie. Sus plazas, sus edificios y su entorno rememoran tiempos pretéritos que fueron mejores, que nos han dejado esa clase y prestancia de la que podemos hacer gala y que aún podemos contemplar.
Situada en la Raya Luso Extremeña, en el corazón de la comarca natural de la Sierra de San Pedro y el Parque Natural Tajo Internacional. Cuenta con un clima mediterráneo con ligeras influencias atlánticas y en su ecosistema abundan los bosques de alcornoques y encinas, encontrando un hábitat perfecto especies como el águila imperial ibérica, la cigüeña o el buitre leonado.
Se puede citar como probable que el asentamiento definitivo de la población y su fundación se deban a repoblaciones efectuadas por la Orden de Alcántara a principios del siglo XIV. Fue reconocida como Villa en el año 1761. Su término fue incrementado en el siglo XIX con las encomiendas de Piedrabuena y Mayorga.
Está situada al oeste de Alburquerque, muy cerca ya de la misma raya de Portugal, lo que le confiere alguans características propias del país vecino, tanto en el habla como en las costumbres y en la gastronomía.
Abadía está atravesada por el río Ambroz y se encuentra enclavada en la zona más llana del valle, con sorprendentes vistas a las montañas.
Está situada en el centro de la comarca. La población debe su nombre a la calzada romana cuyo trazado sigue hoy su calle principal, y de la que todavía quedan restos muy bien conservados, además de un puente romano. Destacan la plaza del Mercado o la calle Severiano Masides. Son típicos los balcones de madera de sus calles.
La N-630 es el eje que atraviesa este pueblo, cuyo principal atractivo son las aguas termales, de las que ya se beneficiaron los romanos. Sus aguas sulfurado sódicas y oligometálicas, declaradas minero medicinales y de utilidad pública hace más de un siglo, están especialmente recomendadas para tratar el reuma, la artrosis, las afecciones respiratorias, y el aparato renal. Sus propiedades tonificantes ayudan a eliminar el estrés.
Casas del Monte está situado en las faldas de los montes de Trasierra, a unos cuatro kilómetros de la N-630. En la sierra despuntan el pico de la Fuente del Moro y el Camocho, con 1800 metros de altitud. En su proximidad hay castaños centenarios, alguno de ellos declarado Árbol Singular, como el castaño del Corbiche.
Gargantilla es una población de montaña. En su entorno sobresalen los cultivos de cerezo y ciruelo en terrazas y, más arriba, los bosques de castaños, e incluso un bosquete de abedules que está protegido bajo la figura de Árboles Singulares.
En palabras de Unamuno: “Hervás, con sus castañares recoletos en la falda de la sierra que hace espalda de Castilla”. Está rodeado por montañas salvo por el suroeste.
La Garganta, en las estribaciones de la sierra de Candelario, es el núcleo urbano más elevado del Valle del Ambroz. La subida al pueblo es un regalo para los ojos, ya que se encuentra por encima de los 1.000 metros. Desde el mirador natural de La Garganta se aprecia la serena belleza del valle. En su entorno hay densos castañares, robledales, bosques de abedul y acebo, gargantas, charcos y una piscina natural.La pista de esquí de la Covatilla está muy próxima.
El toro celta de piedra, en mitad de la plaza del pueblo, es el símbolo de esta localidad. Es uno de los municipios mejor conservados, con casas sillares de piedra, empinadas callejas con rincones deliciosos y fachadas tapizadas de flores. Todo el pueblo es un mirador natural del valle, con vistas impresionantes, ya que se encuentra situada en la ladera de una de las abruptas vertientes occidentales del macizo montañoso de Tras la Sierra.
A medio camino entre el Valle del Jerte y La Vera encontramos esta pequeña localidad, recostado en la vertiente oriental de la sierra de San Bernabé a unos 800 metros de altitud. Cuenta con 528 habitantes y su gentilicio es Barradeños.
Situada en la hondonada del Valle, ribereña al río Jerte y a la Garganta del Tornadero y a unos 515 metros de altitud. Cuenta con 2535 habitantes y du gentilicio es Cabezueleños.
Este municipio está situado a una altitud de mas de 700 metros, en la vertiente oriental del Valle del Jerte. Cuenta con unos 398 habitantes y su gentilicio es Cabrereños.